México, D.F., 9 de mayo de 2013
El próximo domingo 12 de mayo, la Iglesia, especialmente la que peregrina en México, dará gloria Dios por concedernos la canonización de una de nosotros; la mexicana Madre María Guadalupe García Zavala, fundadora de la Congregación religiosa de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, quien será agregada al número de los santos por el Papa Francisco.
Ciertamente, contemplar en los altares a una cristiana, nacida en nuestra patria, es un regalo extraordinario que nos llena de esperanza; nos hace descubrir que la santidad, que consiste en la perfección del amor a Dios y al prójimo, no es una meta inalcanzable, sino algo a lo que podemos llegar, si respondemos con generosidad a la gracia divina.
Madre Lupita, discípula y misionera de Cristo, nació en Zapopan, Jalisco el 27 de abril de 1878. Su padre, Fortino, tenía una tienda de objetos religiosos frente a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, lo que favoreció que desde muy pequeña, Lupita visitara la Iglesia con frecuencia.
Siendo una joven bonita y simpática, se comprometió en matrimonio a los 23 años. Pero entonces, sintió la llamada del Señor a consagrarse al servicio de los enfermos y de los pobres. Consultó a su director espiritual, el Padre Cipriano Iñiguez, quien le confió que sentía la llamada de Dios a fundar una Congregación Religiosa dedicada a atender a los enfermos. Así, ambos fundaron la Congregación religiosa de “Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres”.
La Madre Lupita, que provenía de una familia de buen nivel económico, se adaptó rápidamente a una vida extremadamente sobria. Y a pesar de que el hospital tenía muchas carencias, ella se entregaba con esmero al cuidado de los enfermos, a quienes brindaba la mejor de las terapias: el amor.
A pesar de que el ambiente de la época era sumamente difícil a causa de la persecución religiosa, la Madre Lupita supo vencer al mal con el bien. Junto a sus hermanas de comunidad protegió en el hospital al Arzobispo de Guadalajara y a algunos sacerdotes. Además, a los soldados persecutores les daba alimento y curaba sus heridas. Por eso, los soldados no sólo no molestaron a las religiosas sino que hasta las defendieron, al igual que a los enfermos.
Bajo la guía de la Madre Lupita, las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres abrieron 11 fundaciones en la República Mexicana. En la actualidad cuentan con 22 casas en México, Perú, Islandia, Grecia e Italia.
Madre Lupita fue llamada a la vida eterna el 24 de junio de 1963 en Guadalajara, Jalisco, a la edad de 85 años. En el momento que se supo de su muerte, mucha gente se congregó en el hospital para venerar sus restos mortales, porque ya la consideraban santa.
La Madre Lupita es ejemplo del amor a Dios y al prójimo. Ese amor que hace la vida plena en esta tierra y eternamente feliz en el cielo. Aprendamos de su ejemplo para ser de verdad discípulos y misioneros de Cristo, sin dejarnos desalentar por la adversidad.
La Conferencia del Episcopado Mexicano invita a los señores obispos, a los sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y fieles laicos a agradecer a Dios el don de la canonización de la Madre Lupita, participando este domingo en la celebración de la Santa Misa en las catedrales de sus diócesis, en sus parroquias o en las iglesias más cercanas. Pidamos la intercesión de la Madre Lupita, para que siguiendo su ejemplo, seamos cada día verdaderos discípulos y misioneros de Cristo.
Por los obispos de México.
+José Francisco Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM
+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM
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