LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
ACT 1,1-11; HEB 9,24-28; 10,19-23; LC 24,46-53
USTEDES SON TESTIGOS DE ESTO
La fiesta de la Ascensión marca la glorificación de Jesús quien ha cumplido en plenitud su misión y regresa a la casa del Padre. Jesús ha subido al cielo, y ahora sus discípulos fortalecidos con su resurrección y conducidos por el Espíritu Santo debemos continuar su obra hasta los últimos rincones de la tierra.
La Ascensión nos invita a contemplar de manera íntegra el proyecto de Dios para nuestra salvación:
A).- Por una parte miramos hacia el cielo, hacia la casa del Padre a donde todos debemos retornar un día después de cumplir nuestra misión desde el lugar que nos corresponde en la familia, en la sociedad, en el trabajo, en la parroquia, todos construyendo una humanidad fraterna y solidaria…
B).- Por otra parte somos invitados a mirar hacia la tierra, el mundo que vivimos y del que somos responsables: ¿Qué hacen allí parados, mirando al cielo? Es necesario que aceptemos que la Ascensión es la fiesta para mirar nuestra tierra, a los hombres nuestros hermanos, en medio de quienes debemos continuar la obra de Jesús; hay que mirar con nuevos ojos nuestra propia vida, y este mundo que el Señor ha puesto en nuestras manos para transformarlo.
Jesús regresa a la casa del Padre porque ha cumplido su misión y porque confía en nosotros para que continuemos su obra: USTEDES SON TESTIGOS DE ESTO. La fiesta de la Ascensión subraya el Mandato Misionero, es la hora de la Iglesia, la hora de todos nosotros los cristianos; tenemos la fascinante misión de dar continuidad a la obra de Cristo. Una misión que compromete toda nuestra vida. ¿Testigos de quién, de qué? Somos testigos de Jesús, de un Jesús vivo hoy que con su resurrección y ascensión está presente de una manera nueva entre nosotros.
Es un Jesús que pasa del tiempo a la eternidad, de lo visible a lo invisible, de la presencia física humana a la divina. Jesús más que alejarse o irse, se queda más bien con nosotros de una manera nueva y diferente…Su triunfo es nuestra victoria. Fortalezcamos nuestra esperanza porque la victoria final es cierta. Jn 16,33
Con la fiesta de la Ascensión Jesús nos dice que vale la pena amar, que vale la pena cumplir la voluntad del Padre, pasar por este mundo haciendo el bien, que vale la pena luchar por la familia, trabajar por la comunidad, que vale la pena ser su discípulo, porque más allá de todo, está la casa del Padre que es la plenitud de la vida del hombre.
La Ascensión nos ayuda a tomar conciencia del sentido pleno y eterno de nuestra existencia y por esto Jesús se fue para prepararnos un lugar para que estemos con Él en la casa del Padre.
Esta fiesta tiene dos aplicaciones concretas para nuestra vida cristiana:
1).- VIVIR CON UN ESPÍRITU DE ASCENSIÓN, hay que levantar el ánimo, que nadie tenga su corazón en el suelo, que nadie se deje vencer, no nos achiquitemos ante los problemas; hay que levantar la vida, hay que levantar el corazón, nuestro amor y entusiasmo por la vida, nuestro amor familiar…
2).- HAY QUE TRABAJAR, NECESITAMOS SER TESTIGOS, que no nos quedemos mirando y parados. Jesús confía en nosotros para que continuemos su obra. Seamos parte viva de la Iglesia, seamos testigos del amor de Dios. Que nadie de nosotros sea florero, Jesús nos quiere testigos dando frutos…
Cada día de esta semana en nuestro caminar hacia Pentecostés recordemos lo que el Señor Jesús nos ha pedido: USTEDES SON TESTIGOS DE ESTO. No nos quedemos sólo mirando al cielo, la Ascensión es un compromiso de mirar con ojos de ascensión hacia la tierra como testigos.
Caminemos hacia el Cielo trabajando este mundo que Dios nos ha confiado dándonos la fuerza del Espíritu Santo. Seamos más felices: Caminemos hacia Pentecostés con una actitud de ascensión para gozar el regalo del Espíritu Santo.
Ánimo, vivamos todos esta semana y siempre con una actitud de ascensión y que con la fuerza del Espíritu Santo, nadie tenga su corazón en el suelo. Que nuestra oración sea:
Señor, no permitas que nos cansemos y ayúdanos a darle sentido eterno a nuestra vida para que podamos seguir haciendo camino y poder estar contigo en la casa del Padre. Así sea.
+FABIO MARTÍNEZ CASTILLA
II ARZOBISPO DE TUXTLA.
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