domingo, 11 de agosto de 2013

CONFIANZA VIGILANTE: “DONDE ESTÁ TU TESORO, AHÍ ESTARÁ TU CORAZÓN”



Mons. Fabio Martínez Castilla
II Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez.

           
El domingo pasado el Señor Jesús nos decía: “La vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea.” Con esto nos invitaba a aprender  a usar los bienes materiales. Lo importante no es tener bienes sino hacer el bien porque el secreto de la vida cristiana es compartir y nunca acumular más y más.

            Hoy, el Señor Jesús con claridad y firmeza nos invita al desprendimiento de los bienes materiales en la solidaridad fraterna como expresión concreta del vivir vigilantes: Vendan sus bienes y den limosnas…nos invita a construir tesoros para el cielo como servidores vigilantes… y termina con una frase que iluminará nuestro caminar de esta semana: “Porque donde está tu tesoro, ahí estará tu corazón.” ¿Quién o cuál es hoy mi tesoro? ¿Será Dios, mi familia, dónde pongo mi corazón? Para saber dónde está nuestro corazón, podemos preguntarnos:
.- ¿En qué ocupo más mi tiempo libre?  .- ¿En qué gasto mi dinero disponible?
.- ¿En qué me afano y me preocupo más?  .- ¿Con quién me siento más feliz?
.- ¿Quién me entusiasma  y sacia mi sed de felicidad, tengo mi corazón en Dios?

            Jesús nos invita a poner nuestro corazón en lo que no se acaba, en lo que nos llevará a la plenitud de la vida… nos dice que es necesario que estemos vigilantes, preparados, vestidos y con las lámparas encendidas. Con esto nos invita a vivir el hoy de nuestra vida intensamente, el hoy como el espacio del encuentro con Dios. El ahora, el hoy es el día para estar haciendo lo que nos toca hacer; el hoy es el día que Dios nos ofrece para ser dichosos cumpliendo con nuestra misión en la familia y en la comunidad. El Señor nos quiere Vigilantes haciendo el bien, cumpliendo con nuestro deber, Preparados, porque a la hora en que menos pensemos vendrá el Hijo del hombre.

            Podemos decir que así como fuimos invitados la semana pasada para aprender a usar bien los bienes materiales, este domingo el Señor nos invita a “usar bien el tiempo” como espacio de vida y de salvación para que el Señor nos encuentre como buenos administradores: Fieles y prudentes que damos de comer, que hacemos felices a los demás.

            Mis hermanos, La frase final del Evangelio de hoy me ha ayudado, en mi vida sacerdotal, a esforzarme por hacer mejor las cosas: “Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más.” Somos responsables de los dones que Dios nos ha dado… dice Jesús que al que conocía la voluntad del amo, de Dios, y no hizo lo que debía se le darán muchos azotes. El Señor es exigente y provocador para que le demos una mejor respuesta; no nos quiere mediocres, ni cobardes. Nos quiere  hombres y mujeres de fe que confiamos en la fidelidad de Dios a sus promesas; él no nos va a fallar, no le fallemos nosotros.

            Quiero terminar con una frase que es única en los 4 evangelios: “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el reino.” Rebañito mío… gocemos esta dulzura del corazón de Jesús por nosotros y vivamos siempre con una actitud de confianza vigilante aprovechando bien nuestro tiempo, el hoy de nuestra vida haciendo bien lo que nos toca hacer; y no olvidemos escuchar cada mañana al Señor Jesús que nos dice: “Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón.”

            Que el Señor Jesús sea nuestro tesoro y así todo será mucho mejor en nuestra vida porque seremos hombres y mujeres de amor, servidores dichosos que cumpliendo con nuestro deber hacemos felices a los demás. Así sea.


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