domingo, 2 de junio de 2013

OBSERVADOR ECLESIAL 02-06-2013

“Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande”
Mons. Fabio Martínez Castilla

En este pasaje que nos narra la fe del oficial romano, encontramos las lecciones siguientes:
.- LA SALVACIÓN ES PARA TODOS. Tanto la primera lectura como el Evangelio nos proclaman que todos los hombres, tanto judíos como extranjeros y paganos, somos llamados a la Salvación. Y muchas veces los que llamamos paganos como el oficial romano pueden por su fe ser mejores que mucha gente que se dice cristiana. Porque la salvación es para todos, cantamos en el salmo: “Que aclamen al Señor todos los pueblos.”

.- LA FE ES LO QUE ALEGRA EL CORAZÓN DE JESÚS.  En la expresión de Jesús: “Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande”, vemos con claridad que lo verdaderamente importante es la Fe que nos hace reconocer y aceptar a Jesús como nuestro Dios y Señor. El oficial romano nos da una lección de saber situarse como criatura ante Jesús, la humildad y la calidad humana de este hombre son extraordinarias.

La Humildad porque este oficial romano no se cree más de lo que es y por esto no se considera digno de ir a Jesús: “Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte.” Y le da el lugar a Jesús como Dios: “Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano.”

Su calidad Humana porque se ocupa de atender a su criado como parte de su familia, él intercede ante Jesús por su criado muy querido como si fuera su hijo. Este  hombre gozaba del reconocimiento de su bondad entre los judíos. La fe tiene que manifestarse en nuestra atención bondadosa con los enfermos y necesitados. La fe nos sitúa ante Dios como sus hijos, sus criaturas, y ante las otras personas como sus hermanos. La fe nos hace responsables de la vida del hermano.

Su Oración es para imitar porque él no pide para sí sino para su criado. La oración de intercesión por las necesidades de las otras personas es señal de madurez en la fe y en amor. Dios gusta que pidamos por nuestros hermanos más que por nosotros. Quién pide por los demás obtiene de Dios lo que necesita. Su fe y su oración fue fuente de bendición para su criado…

Otro punto a reflexionar es el que nos presenta San Pablo en la carta a los Gálatas cuando nos dice:” Me extraña mucho que tan fácilmente hayan abandonado ustedes a Dios Padre, quien los llamó a vivir en la Gracia de Cristo y que sigan otro Evangelio”. San Pablo nos invita a ser firmes en la fe, a vivir nuestro Bautismo y a no dejarnos engañar por personas que promueven su propio evangelio y no el de Cristo. Esto nos compromete a conocer mejor nuestra fe y ponerla en práctica para vivir orgullosos de habernos encontrado con Cristo y de ser parte viva de la Iglesia que Él fundó sobre la roca de los Apóstoles. No hay otra iglesia que haya sido fundada por el mismo Jesús, el Hijo de Dios entre nosotros, y por esto el prometió su presencia para siempre. Yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo.

Aprendamos del oficial romano y reavivemos en esta Eucaristía nuestra fe diciéndole al Señor Jesús como proclamamos en cada Comunión: Señor, yo no soy digno de que vengas a mí, de que entres en mi casa, pero una sola palabra tuya bastará para sanarme…


Mis hermanos, alegremos con nuestra fe firme, el corazón de Jesús. Ojalá y Él pueda decir también de nosotros: Yo les aseguro que en ninguna parte he encontrado una fe tan grande como en este pueblo de Chiapas. Que nuestra fe y nuestra oración sea fuente de bendición y de salvación para otras personas.

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