Tras
la espera de más de 70 días, la mañana del pasado martes 19 de febrero, fue
asignado como nuevo Arzobispo de Tuxtla, Mons. Fabio Martínez Castilla, hasta
ahora obispo de la Diócesis de ciudad Lázaro Cárdenas, Michoacán. En entrevista
para SEMCAT, nuestro nuevo pastor confesó que desde joven, uno de sus
sueños era ser misionero en tierras chiapanecas.
-¿Cómo se siente ante esta asignación que le hace el Papa
Benedicto XVI?
- Es una sorpresa, un llamado de Dios a través de la
Iglesia y una alegría que desde nuestra debilidad, depositando nuestra
confianza en Dios y como barro, me pongo en las manos de Dios para servir. Me
siento sorprendido del amor y los caminos de Dios que no son nuestros caminos,
sin embargo, con mucha alegría y mucha disponibilidad voy a compartir mi fe con
la fe de este pueblo para que juntos hagamos un camino.
Por su espíritu misionero, Mons. Fabio, confesó que desde
sacerdote joven soñó venir a Chiapas.
-Estoy contento por servir al pueblo chiapaneco, a mi
nueva casa que es ya Tuxtla Gutiérrez, un lugar sorprendente para servir al
Señor y ahora me concede esta gracia, al cual voy con mucha ilusión.
-¿Qué nos puede decir con la espera del nuevo Papa?
-El Papa Benedicto XVI nos ha dado un ejemplo de
fe, de disponibilidad a la inspiración del Espíritu. El único que conduce a la
Iglesia es el Espíritu Santo. Oremos para que tengamos un nuevo Papa que nos
haga también fortalecer ese camino de Fe al que hemos sido convocados en este
año. Siempre se hace lo que Dios quiere y por esto, con mucha confianza,
esperamos al nuevo al Papa y también, yo, encamino mis pasos para compartir mi
experiencia de fe desde mi pobreza con ustedes.
-¿En este primer acercamiento qué le dice al Presbiterio
de Tuxtla Gutiérrez?
-Tengo muchas esperanzas porque sé que son un presbiterio
con mucho ímpetu y entonces me tiene que jalar, como se dice, para que vaya
aprendiendo cada día más y más de ustedes, soy el hermano menor que quiere
servir con todo su corazón, confió y llego con una actitud de libertad de
corazón, donde lo único que cuenta es la persona de cada sacerdote y, también,
juntos crezcamos en este respeto y en esa solidaridad.
Por último monseñor Fabio Martínez señaló: Espero estar lo más pronto posible con
ustedes, ya nos iremos conociendo e iremos compartiendo la riqueza común
que tenemos; el tesoro de nuestra fe y la grandeza del amor de Dios con
nosotros y de la mano de María vamos ir caminando compartiendo ese tesoro de la
fe. Un abrazo a todos los agentes comprometidos a todos esos laicos que
verdaderamente entregan su vida a todos los que de una u otra manera van
sirviendo a la construcción de la comunidad a la consolidación de nuestra
Iglesia particular, los quiero, oro por ustedes y un abrazo para toda mi nueva
familia que Dios ha puesto en mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario