MENSAJE A TODA LA COMUNIDAD
ARQUIDIOCESANA DE TUXTLA
A TODO MI AMADO PUEBLO DE ESTA
ARQUIDIOCESIS DE TUXTLA,
A TODO NUESTRO BELLO CHIAPAS,
Y A TODOS LOS QUE HAN VENIDO DE
OTRAS PARTES
PARA COMPARTIR ESTA FIESTA DE
IGLESIA: GRACIAS Y QUE DIOS LES BENDIGA.
Agradezco la presencia de mi familia, hermanos y familiares; mi llena
de alegría la presencia de todos los de mi isla y paisanos de Quintana Roo. A
mis hermanos obispos, y a los obispos de mi nueva provincia eclesiástica de
Chiapas, gracias por su testimonio de
solidaridad eclesial; mi gratitud a nuestro muy cercano Sr. Nuncio S.E. Mons. Christophe
Pierre… a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas de Tuxtla y a los que
han venido de diversas diócesis, su presencia me fortalece; mi saludo alegre y agradecido para todos
ustedes que han venido de diferentes comunidades de estas dos nuevas diócesis
hermanas de Tuxtla y Lázaro Cárdenas. Un abrazo a los de mi arquidiócesis de
origen, Yucatán con los de la parroquia de Umán a la cabeza. A todas las autoridades civiles: al Sr. Gobernador Manuel
Velasco Coello, al Sr. Presidente Municipal de Tuxtla Samuel Toledo Córdova, mi
reconocimiento y gratitud por su presencia. P. José Beraldo, que vienes a
acompañarme desde Brasil, gracias por su testimonio sacerdotal y oración. Y
todos damos gracias a Dios, porque El ha sido grande con nosotros. Jesús vive y nos quiere una Iglesia Viva,
Luz y sal en medio del mundo.
Mis hermanos así como el ángel
del Señor le dijo a Felipe: “Levántate y
toma el camino del sur…”
Yo, también he sido enviado por el Señor con la fuerza del Espíritu
Santo a estas tierras del sur, para ser testigo de su amor y para proclamar:
“Tu salvación, Señor, es para todos, Aleluya.” Vengo con plena confianza en el Señor que me ha enviado para servirles
y que me capacitara más allá de mis debilidades y defectos para ser su
presencia de Buen Pastor en medio de ustedes. Como Pedro y Juan les digo: No
tengo ni oro ni plata, para darles solamente quiero darles lo que el Señor me
ha dado: El tesoro de su amor. La alegría de conocerlo, pertenecerle y
servirle.
Quiero también con la ayuda de ustedes, luchar cada día por ser su
obispo cercano, servidor amable y
compañero de camino en sus alegrías, tristezas y esfuerzos de seguir al Señor
por caminos de fraternidad. Continuaremos
el caminar de nuestra Iglesia con gratitud y esperanza sobre las huellas de
la entrega generosa de los obispos: Dn. José Trinidad Sepúlveda Ruíz
(1965-1988), Dn. Felipe Aguirre Franco (1988-2000), Dn. José Luis Chávez
Botello (2001-2003), Dn. Rogelio Cabrera López (2004-2006-20012), y el
Obispo auxiliar Dn. José Luis Mendoza
Corzo (2007-) a ellos nuestra gratitud, fraterna solidaridad y oración.
Invito a todos, desde este día
a caminar juntos siguiendo a Jesús. Todos tenemos un lugar y por lo tanto
todos somos necesarios en esta Iglesia de Tuxtla; vivamos la alegría de creer en Jesús y de pertenecer a su Iglesia,
construyendo en el caminar comunitario nuestra Iglesia diocesana. Es hoy y
no mañana que tenemos que vivir con gozo el ser parte viva de esta Iglesia
particular de Tuxtla. Caminemos juntos con alegría hacia nuestros 50 años de
vida como diócesis (27 de octubre de 1964).
Mi alegría de Obispo será:
Ayudarles a redescubrir y a
vivir junto con ustedes la Belleza de ser hijos de Dios, para que sea
posible el que vivamos como hermanos. No lo olvidemos, nuestra verdadera
belleza y riqueza está en ser hijos de Dios que se hace vida en el encuentro
con Cristo en su palabra, en su Eucaristía y en la comunidad.
Animarles y acompañarles para
que cada uno viva con gozo la belleza de su propia vocación: la belleza del
sacerdocio, la belleza de la vida consagrada, la belleza de la vida laical. Si,
necesitamos vivir con gozo la belleza de nuestra vocación para que todos
podamos saborear juntos en el servicio:
La belleza de la Iglesia,
del ser Iglesia, de caminar y trabajar en Iglesia, la Iglesia de Cristo, donde
todos vamos mar adentro a lanzar las redes al estilo de Jesús; donde nadie se queda en la playa de sus
caprichos, intereses e ideologías, sino que damos el salto del yo al nosotros
en Cristo que edifica la comunidad. La belleza evangélica de servir y no de ser
servido.
Mi lema episcopal es el mismo:
“SIEMPRE SIERVO” porque siempre el amor, la misericordia y el servicio
generoso y alegre es el reto de cada día en la misión que el Señor me
encomienda: vengo a servirles y no a ser servido. Mi corazón misionero es
propiedad de Dios para ustedes.
A la Diócesis de Lázaro Cárdenas llegué con tres maletas, dos llenas y
una vacía; aquí llego a ustedes con
cuatro maletas:
La primera contiene todo lo que viví como regalo de Dios en mi
infancia, mi familia y mi arquidiócesis de Yucatán. Mi experiencia de Dios desde mi juventud.
La segunda contiene todo el maravilloso regalo de Dios en mi experiencia misionera en Angola, África,
por diez años. Y mi regreso a Yucatán en la vida parroquial.
La tercera maleta contiene toda mi experiencia de Obispo en la Diócesis de la Ciudad Lázaro Cárdenas y en
la provincia de Morelia.
La cuarta maleta está vacía, es
la que vamos a llenar juntos,
ustedes y yo en nuestro caminar
comunitario, comprometidos con nuestra arquidiócesis de Tuxtla y nuestra
provincia de Chiapas, poniendo nuestros cinco panes y dos pescados al servicio
de la comunidad.
Aprenderé mucho de ustedes,
poco a poco iré descubriendo las bellezas que Dios ha puesto en el corazón y en
la vida de ustedes. Dicen que Chiapas es bello pero estoy seguro que lo es
mucho más el corazón de los chiapanecos. Gracias
por recibirme como parte ya de la vida de ustedes, ustedes son mi nueva familia
y una Bendición de Dios para mí; espero responderles con el mismo amor, con
un corazón de padre y pastor, de hermano y amigo cercano que los escucha, anima
y acompaña siempre. Oren por mí al Señor
y que el Señor Jesús que me trajo a servirles nos haga uno en el amor.
A mis hermanos obispos aquí presentes, nuevamente gracias por venir,
en nombre del Señor, a bendecir a nuestro pueblo de Chiapas. Estimado Dn. Rogelio, gracias en nombre de
la Arquidiócesis y mi hermano Dn.
José Luis Mendoza Corzo, compartamos el camino de servicio con generosidad y
alegría fraterna, seamos testimonios de unidad y servicio pastoral, espero
con la gracia del Señor y la ayuda del presbiterio ser tu mejor amigo y hermano
Obispo.
Queridos sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y laicos de
Tuxtla, caminemos juntos como la Iglesia. Nos iremos conociendo en el servicio
al Señor para bien de nuestro pueblo, ahora no le digo gran cosa porque ya en
estos días tendremos la oportunidad de encontrarnos.
Les comunico que todos quedan confirmados en el servicio que han
estado prestando a esta Arquidiócesis, solo les pido que renovemos el
entusiasmo en el servicio que se nos ha encomendado, ya que el que es fiel en
lo poco, lo será en lo mucho.
Sacerdotes, religiosas, religiosos, seminaristas y fieles laicos de
Tuxtla, así como toda la provincia de Chiapas, gracias por ser mi nueva
familia.
Nuestra madre del cielo, nuestra morenita del Tepeyac y San Marcos
nuestro patrono, nos ayuden a ser la Iglesia que el Señor Jesús quiere que
seamos. Amén
MONS. FABIO MARTINEZ CASTILLA
II ARZOBISPO DE TUXTLA GUTIERREZ
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