lunes, 4 de marzo de 2013

Observador Eclesial "Ojalá este año sí demos frutos"




Ojalá este año sí demos frutos

“Hace ya tres años que vengo  a buscar fruto en esta higuera y no la encuentro. ¡Córtala! ¿Por qué ha de ocupar terreno inútilmente? El viñador le respondió: ‘Señor, déjala todavía este año; removeré la tierra y le echaré abono, para ver si comienza a dar fruto; si no lo da, entonces la cortarás’” (Lc 13, 1-9)

Mons. Rogelio Cabrera López

El tercer domingo de cuaresma, nos presenta la oportunidad de volver, una vez más, nuestra mirada a la voluntad de Dios.

En primer lugar se nos dice que el Señor llevaba ya tres años buscando frutos y no encontraba. Esto nos debe llevar a un análisis de conciencia sobre los frutos de paz, amor y solidaridad que hemos dado, ya que no sólo han sido tres años sino quizás más los que el Señor ha venido a nuestro encuentro. Sería lamentable que a estas alturas no encontrara esos frutos que desea.

Sin embargo,  y a pesar de que en muchas ocasiones hacemos caso omiso al dueño de la viña, existe un viñador que intercede con amor por nosotros: “Señor, déjala todavía este año”. Pero no sólo pide, sino que se compromete; “removeré la tierra y echaré abono”. No es tarea fácil que aquella higuera dé fruto, pero hay esperanza, y sobre todo compromiso. Nuestro Señor Jesucristo en su grande amor por la humanidad se presenta como el que da la vida en bien de todos, porque el deseo es que “todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.

Si cada uno de nosotros se convirtiera, también, en aquel viñador que tiene esperanza de que se den frutos, cuántos padres de familia, removerían la tierra y abonarían la vida de los hijos; o cuántos hermanos, se comprometerían a apoyar fraternalmente; los verdaderos amigos estarían pendientes de echar la mano. A nivel de nuestras comunidades, habría compromiso por anunciar el Reino de Dios. En una palabra, conseguiríamos “conversión”, personal y comunitaria. Eso es lo que Dios quiere, que nos volvamos a él. Que nos apasionemos por los frutos del Reino de Dios. Que no estemos delante de la vida como aquellos que sólo ven y critican.

De hecho, al inicio del Evangelio, el Señor Jesús, hace caer en la cuenta a sus discípulos que lo que ha acontecido como algo lamentable, no es castigo porque fueran más pecadores; pero sí les dice, ustedes si no se convierten perecerán de igual manera, por criticar.

Esta cuaresma, es una oportunidad más que el Señor nos da, para dar frutos, sería muy triste que se dijera de nosotros, “¡córtala! ¿Para qué ocupa el terreno inútilmente?”, no desperdiciemos nuestra vida, no seamos mediocres en la fe; no pensemos que estamos dando lo suficiente, es el momento de ponernos delante de Dios y de nosotros mismos para analizar nuestros frutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario