El Papa Francisco visita a Benedicto XVI en Castelgandolfo - Somos hermanos
L’Osservatore Romano
“Somos hermanos”. Bastan estas dos palabras que el Papa Francisco
dirige a Benedicto XVI para comprender la atmósfera del encuentro de la
mañana de este sábado, 23 de marzo, en las Villas Pontificas de
Castelgandolfo. De ello informó a la prensa el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El Papa Francisco llegó en helicóptero a las 12.15 horas. Le
acompañaba el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Angelo
Becciu; el regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, monseñor
Leonardo Sapienza; y monseñor Alfred Xuereb. Benedicto XVI le esperaba
en el helipuerto de las Villas, le salió al encuentro y ambos se
abrazaron con evidente afecto. Después el Papa saludó al obispo de
Albano, monseñor Marcello Semeraro, y al director de las Villas
Pontificias, Saverio Petrillo, antes de subir al coche con Benedicto XVI
para trasladarse al Palacio. El Papa Francisco “se situó a la derecha
—observó el padre Lombardi—, o sea, en el lugar del Papa, mientras que
Benedicto XVI se colocó a la izquierda”. Al mismo automóvil subió el
arzobispo Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia.
Llegados a la residencia papal, los dos subieron al apartamento y
fueron a la capilla para tener un momento de oración. También esta vez
—dijo el director de la Oficina de información— Benedicto XVI “ofreció
su puesto de honor al Papa Francisco, pero este dijo 'somos hermanos'”,
arrodillándose en el mismo banco. Después
de la oración, el Papa Francisco obsequió a Benedicto XVI una imagen
mariana. “Me han dicho —explicó el Pontífice enseñando el regalo— que se
trata de la Virgen de la Humildad. Permítame decirle algo: cuando me lo
dijeron pensé enseguida en usted, en los muchos ejemplos maravillosos
de humildad y de ternura que nos ha dado durante su pontificado”.
Alrededor de las 12.30 empezó el coloquio privado, prolongándose unos
tres cuartos de hora. El Padre Lombardi indicó algunos detalles del
atuendo: para Benedicto XVI “una sencilla talar blanca, sin banda ni
esclavina”, que en cambio sí vestía el Papa Francisco.
En el almuerzo, en el apartamento, participaron el arzobispo Gänswein
y monseñor Xuereb. El Papa, acompañado de Benedicto XVI hasta el
helipuerto, regresó al Vaticano hacia las 14.50.
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